miércoles, 13 de abril de 2011

Historia de un Caos - Parte I : VERDE-INCOHERENCIA


    Despertar. Abrir los ojos, en mitad de la noche, y no ver nada. Estar encerrado en un lugar oscuro y estrecho. Parece oírse un zumbido. Comienzan a encenderse luces verdes, se ve que estaba en un pasillo que crece sin fin, monótono, homogéneo, salvo por las lámparas.
     Avanzar. Dar un paso tras otro. Andando, incesante aunque sin prisa, si fuera mecánico, acercarse hacia el horizonte iluminado, en verde, pero oscuro a su vez. A medida que marcho, el pasillo crece junto a mí, como si no fuera a tener fin, ni principio. Donde aparecí, ese espacio oscuro y cerrado, desapareció con la luz. Estoy perdido en un lugar impensable, paradójico, onírico.
     Observar. Con un parpadeo, antes no y ahora sí, aparece una puerta que rompe la hegemonía de la pared y las luces, acabando con la homogeneidad y la monotonía.
     Dar. Un paso tras el siguiente, hasta encontrar frente a mí a dicha puerta. Cerrada, irrompible, inmutable; una falsa esperanza en medio de un mundo monocromo y repetitivo que, de la misma forma que apareció, se desvanece.
     Retroceder. Dar un paso hacia atrás, sorprendido, después de que este mundo volviera a su aspecto anterior, con la puerta desaparecida, y tras un giro, resurge la misma puerta, entreabierta, ante mí, atónito y desconcertado.
     Empujar. Abrir la puerta que hay ante mí y que antes se encontraba cerrada, entrando así, sintiendo curiosidad y temor al mismo tiempo, a un nuevo lugar. Un lugar totalmente ajeno al anterior, cuyo único punto en común era una leve iluminación, pero en este caso, azulada.
     Negar. ... (Esperar hasta la segunda parte)

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