miércoles, 13 de abril de 2011

Historia de un Caos - Parte II : AZUL-CORRUPCIÓN



     Negar. No aceptar lo que se ve, en medio de la habitación, un resplandor azul cuyo origen es un cuerpo inerte de doncella, sellada en una urna de de cristal tan fino y delicado como el aspecto de la doncella.

     Desear. Para cumplir el impulso del cuerpo, acercarse a la urna pa apreciar la belleza de la dama y, siguiendo un lascivo deseo, intentar tocarla. Craso error. Un roce. Solo eso bastó para que la urna se quebrara, liberando, así, según un optimista pensamiento en mi interior, a la deseada doncella, quien no se correspondía con aquella hermosa primera impresión.

     Gritar. De puro pánico; ver quebrarse el exterior de una persona, jóven y bella, para hacer surgir de su interior a un nuevo cuerpo, corrupto, ponzoñoso, pestilente, pútrido, putrefacto; de cuyo interior emanaba un lodo negro, como las mismas tinieblas, que lo devoraba todo a su paso, los restos del cuerpo,y de la urna, y se acerca a mí. Ante dicho panorama, la mente es incapaz de reaccionar, por lo que el cuerpo, sin consultar, huye en dirección contraria.

     Chocar. Una nueva puerta, similar pero distinta a la primera, que al atravesarla me devuelve al pasillo de luz verde en el cual comenzó esta desagradable peripecia. Tras salir, cerré la puerta para impedir que aquella atrocidad llegara hasta mí. Un sentimiento nuevo, de calma, comenzó a dominarme. Antes de que me diera cuenta, la puerta que acababa de cerrar, ya no estaba.

    Caer. El suelo cede y desciendo hacia el vacío, o por lo menos eso creía en un principio. Un nuevo lugar, como los otros, pero esta vez en rojo, es al que llego desde un cielo inexistente. Solo hay un techo negro, impenetrable y fluctuante, sin orden.


    Percibir. ...(Esperar hasta la tercera parte)

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